viernes, 30 de marzo de 2012

30 DE MARZO DE 1982: Paro y Movilización de la CGT “Brasil” contra la dictadura militar.


El 30 de marzo de 1982, la CGT ubicada en la calle Brasil del barrio de Constitución, conducida por Saúl Ubaldini y apoyada por las 62 Organizaciones Peronistas, convocaron a una jornada de protesta en todo el país. La columna de los trabajadores organizados con sus dirigentes a la cabeza llegaron a la histórica Plaza de Mayo, por Av. de Mayo hasta la 9 de julio, al ingresar se escuchaba las primeras consignas “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”. La marcha pretendía entregar un documento en Casa Rosada, firmado por la coordinadora de conformada por los movimientos sociales y partidos políticos, pidiendo el regreso del sistema democrático.


Cabe antes recordar que en 1975 existían más de un millón y medio de trabajadores de la industria manufacturera, en 1982 llegaba a casi setecientos mil obreros. Ante el retroceso de la industria y el avance de la especulación, subió el empleo en el sector "terciario", compuesto por el comercio, finanzas y servicios (el sector secundario se dedica a industrias, electricidad, construcción y transporte; el primario es el que obtiene las materias primas). Se generalizan el desempleo, el subempleo y el cuentapropismo. Los cuentapropistas eran, en 1976, el 20,9% de la población activa; en 1981 eran casi el 24%. Esto indica un retroceso económico, porque el cuentrapopista tiene, en general, una situación mucho más inestable que el que trabaja en relación de dependencia, careciendo en general de apoyo tecnológico y de seguridad social.

A pesar de las negociaciones del Ministro del Interior de la Dictadura Militar, presionando para que la marcha no se hiciera, bajo el argumento que “la CGT no había solicitado la autorización correspondiente para realizar el acto y que estas situaciones podían producir alteraciones a la seguridad y el orden público”, a la vez se recordó que “seis dirigentes sindicales, entre ellos Saúl Ubaldini, se encontraban procesados por haber declarado otras huelgas generales”. La movilización se organizó igual bajo la consigna “Luche y se van”.

La columna de trabajadores y sectores juveniles de las organizaciones revolucionarias existentes ingresaron a la plaza al grito de " el Pueblo Unido jamás será vencido", y "Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar".

Hubo al menos tres horas de violentos enfrentamientos entre los manifestantes y un centenar de policías. Las fuerzas de seguridad no sólo arremetieron contra quienes integraban las columnas de manifestantes, sino que detuvieron también a tres periodistas (uno de ellos de una cadena de televisión norteamericana) y a tres reporteros gráficos. Uno de los problemas que debieron enfrentar los uniformados se centraba en que los grupos populares se armaban y disolvían rápidamente en distintas esquinas, para reaparecer una y otra vez a corta distancia, improvisando con ello una táctica que obligó a la policía a redoblar su acción y a endurecer la represión.

Entre los Organismos de Derechos Humanos con Adolfo Pérez Esquivel a la cabeza intentaban llegar a Casa Rosada a entregar el petitorio. Llegaban las malas noticias desde la provincia de Mendoza, la que informaban que en los incidentes ocasionados en esa provincia había caído el compañero de la UOCRA José Benedicto Ortiz

AL finalizar la protesta los medios de comunicación daban la nomina de detenidos en los que figuraban el entonces secretario general de la CGT nacional, Saúl Ubaldini, y cinco integrantes de la comisión directiva; el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, junto a un grupo de madres de Plaza de Mayo. Las imágenes trascendieron adentro y afuera del país.

También hubo manifestaciones en Rosario, dos mil trabajadores recorrieron el centro de la ciudad con consignas contra la dictadura; en Mar del Plata y San Miguel de Tucumán donde detuvieron a doscientas personas por repudiar al gobierno militar; en Córdoba, el Tercer Cuerpo del Ejército patrulló las calles con columnas de hasta siete vehículos militares por temor a la movilización de los trabajadores.

El 30 de Marzo fue un hito en la historia del sindicalismo “combatiente” en donde quedo demostrado que el fin de la dictadura fue producto de la alianza conformada entre la juventud y los trabajadores, únicos sectores dinámicos de la sociedad, que durante los años de la historia Argentina han sido los pilares de la transformación política y social.


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